Quino reflejó en su obra la vida de una niña que miraba el mundo con más preguntas que respuestas, usando el sentido común que carece en muchos adultos. Con elegancia e ironía, representó a la Argentina en todos los sentidos. Sus viñetas, como las que compartí al inicio de la cuarentena y hasta la semana pasada, siguen siendo actuales.
Su obra trascendió las fronteras y fue traducida a más de 30 idiomas. Tuve el placer de conocerlo personalmente hace 3 años cuando se presentó la edición de Mafalda en guaraní. Tenía 85 años y aún conservaba el sarcasmo. Pude felicitarlo y esa charla que tuvimos la recordaré por siempre. Hace 2 días y 56 años se publicaba la primera edición de Mafalda en Primera Plana. Hoy, la partida de Quino ocupó la primera plana de todos los diarios de Argentina y el mundo.
Umberto Eco, quien realizó el prólogo de la edición italiana, imaginó una enciclopedia del año 2040, con dos posibles acepciones para «Quino»:
1°. «Autor e inventor del célebre personaje de comic Mafalda. Hizo después algunos agradables volúmenes de cartoons».
2°. «Dibujante y moralista del siglo XX. En sus cartoons ha dado una visión lunática y surrealista de los aspectos cotidianos de la vida ínfima de nuestros tiempos; además, hizo un dibujo popular en su época de nombre Mafalda».
Eco prefería que Quino fuese recordado con la segunda acepción. Yo también.